¡Por la Dignidad y el Territorio!


Lo habíamos anticipado. La entrada a La Paz fue sencillamente apoteósica, la solidaridad y la identificación con la causa fue contundente. Cuando en 1990 la primera Marcha Indígena llegó a la sede de gobierno, el país entero se despertó ante la realidad. Descubrimos que el Oriente no sólo estaba poblado por vacas y enormes sembradíos de caña. Los pueblos indígenas de Tierras Bajas alzaron su voz contra siglos de explotación, esclavitud, persecución y miseria. En ese entonces se dieron los primeros pasos para garantizar la recuperación de su tierra y su cultura. Veintiún años después la Gran Marcha Indígena, en su octava versión, pisa victoriosa una vez más las calles de Chuquiago Marka.

Puede que lo hayamos olvidado, pero las siete versiones anteriores lograron no sólo resolver problemas particulares, sino influyeron en cambios determinantes de la historia nacional. Fueron artífices de la reforma constitucional del 1994, que en su artículo primero afirmará por primera vez que Bolivia es multiéntica y pluricultural; además del reconocimiento de las tierras comunitarias de origen (TCO's). En 2006 consiguieron la aprobación de la reforma a la ley INRA. Aquella vez, a diferencia de hoy, los pueblos indígenas de Oriente y Occidente inundaron palacio de gobierno, para celebrar con el Presidente Evo la victoria sobre la oposición. Obviamente, también fueron protagonistas del pedido y la realización de la Nueva Constitución.

Hay que reconocerlo, resulta realmente paradójico que la marcha haya sido por la construcción de una carretera. De ordinario se esperaría que se demande al gobierno por la desatención con su pueblo. Lo que sucede es que la carretera destapó una nueva disputa por el poder y la tenencia de la tierra. De esta manera los pueblos indígenas del Tierras Bajas sacuden al país de su modorra, ante la evidencia de un nuevo desafío nacional. Todos los advenedizos, románticos y tipnícolas se llenaron la boca con el tema ecológico. Nadie niega, y hoy menos que nunca, que éste sea un tema capital en el mundo entero y debe ser resuelto de manera estructural; pues, para comenzar, los árboles del Isiboro Sécure están siendo talados y traficados por su propia gente. La realidad es que los pueblos del TIPNIS están preocupados por la integridad de su Territorio, puesto que de él depende existir como Naciones y culturas vivas en el Nuevo Estado Plurinacional.

La dirigente Melba Hurtado puso las cartas sobre la mesa y mostró los ases:Queremos que las autoridades solucionen y atiendan nuestras demandas, hemos jurado que vamos a morir antes que vivir de esclavos de los cocaleros. Aquí está la razón de 64 días de dura marcha, aquí tenemos los motivos para soportar una brutal agresión por parte de la policía y aún así reorganizarse; éste es el principal alimento para la resistencia y honorable lucha de los pueblos del Tierras Bajas. El Nuevo Estado Plurinacional necesita de gente como la del TIPNIS, que sea capaz de alzar la voz cuando la diversidad de su gente pretenda ser aniquilada por los más fuertes. Una vez más el bravo pueblo Oriental (no la ficción de cívicos, unionistas y sus pistolitas de agua) le marca el rumbo a la historia. Lo demostraron en 1500 durante los combates contra el imperio Inca, lo demostraron en 1700 cuando junto con los jesuitas defendieron sus fronteras de la invasión de los bandeirantes; lo demuestran ahora mismo, exigiendo al Estado un país inclusivo y para todos.

Finalmente me permito traer a colación un fragmento de un discurso del Sub-Comandante Marcos. En sus letras podemos leer las profundas razones que animan, aquí y en otros rincones del mundo, la defensa de la diversidad humana:Y este encuentro es un encuentro entre guerreros y guerreras, entre quienes hacen de la resistencia un arma y lucha con ella para ser lo que son, para existir. O sea que cuando los zapatistas dicen 'queremos un mundo donde quepan muchos mundos' no están descubriendo nada nuevo, simplemente están diciendo lo que ya dicen los "otros" y "diferentes" que caminan los mundos de abajo. Los zapatistas decimos "yo soy como soy y eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni obliguemos al otro a ser como yo o como .

El Mundo, 22 de octubre 2011.