En medio de la algarabía y los preparativos del carnaval, Oruro vuelve a tener la nota destacada. Después de dos años de construcción finalmente se ha hecho entrega de la gigantesca estatua de la Virgen de la Candelaria. La tremenda imagen tiene varios metros más que la del Cristo de Cochabamba. Quería saber cual era la estatua más grande en el mundo y me puse a curiosear. Resulta que está en China y tiene nada menos que 153 metros de altura, desde su base hasta la cima. Es un precioso Buda y se encuentra en el Templo de la Primavera. Le sigue otro Buda en Birmania, pero este tiene como 20 metros menos. En nuestro continente el monumento más alto se encuentra en México y se llama el Cristo de Chiapas. Es una cruz enormísima de 62 metros con la figura del Resucitado calada en su interior. La verdad es que no tiene mucha gracia. Le sigue la imagen de la Virgen de la Paz, que se encuentra en Venezuela y tiene 47 metros. En lo personal tampoco me gusta, está toda seria y gris.
La súper
Virgen orureña tiene 45 metros y además está cargando a su wawa.
Hay que mencionar que a su altura hay que sumarle los 3.800 y pico en
donde ella se halla. Desde el cerro que le sirve de atril la Mamita
Candila mira la ciudad de los diablos bailantes. La presentación del
monumento no se ahorró una pizca de nuestra rimbombancia barroca.
Estuvo el presidente, autoridades departamentales e invitados
especiales. Hubo bendición, ch'alla, fuegos de artificio y discursos
inflados de sano orgullo. “Hemos logrado construir una obra que no
es precisamente una escultura, sino especialmente una imagen, la
imagen de la Virgen del Socavón”, decía la alcaldesa Pimentel.
Otro representante de la municipalidad afirmó que se trata de la
estatua más alta de Latinoamérica. Ya descubrimos que eso no es
cierto, pero algo que nadie va poder negar es el hecho de que sin
duda es la más bonita.
Mi amiga
Mariana también celebraba el acontecimiento y decía que le
encantaba de que haya una Virgen de ese tamaño, pues es un modo de
recuperar y reconocer lo femenino sagrado. Me pareció tremendamente
cierto. Como todos saben, al principio Dios no era un señor viejo y
barbudo montado en las nubes, Dios era una mujer de anchas caderas y
pechos abundantes de leche. La figuras religiosas más antiguas que
la arqueología nos ha devuelto tienen esas características. La
Venus de Willendor es una de las estatuillas más famosas. Fue
encontrada cerca del Danubio y le calculan unos 25.000 años de
antigüedad. Se han hallado imágenes semejantes a lo largo y ancho
de todo el mundo. Sin ir muy lejos, muchos de nuestros santuarios
dedicados a la Virgen María eran, antes de la llegada del
cristianismo, lugares de culto a divinidades femeninas. Copacabana y
Urkupiña son los casos más emblemáticos de esa conversión.
La imagen
será en un atractivo más de nuestra "capital del folclore". Es una
devoción predominantemente católica, y seguramente no le hace la
más mínima gracia a mucha gente; pero es a quien representa lo que
la hace realmente universal. Recordemos que la madre de Jesús era
una campesina, que siendo muy joven se embarazó. Junto a su marido,
carpintero y albañil del pueblo, le enseñaron a su hijo los valores
más importantes de la vida. Quien luego sería recordado por
predicar el amor y la solidaridad lo aprendió de su mamá. En
efecto, la imagen de la Virgen nos recuerda el espacio divino en el
que habitamos antes de venir a la vida. Nos enseña que el rosto de
Dios sigue siendo de mujer.