Los resucitados


Fueron desplazados por la guerra. Un jueves por la tarde paramilitares entraron a la comunidad y los acusaron de apoyar a la guerrilla. !Tienen veinticuatro horas para salir, pasado ese tiempo no dejamos vivas ni a las cucarachas, hijoéputas! El plátano de los Miranda estaba listo para cosechar, los Restrepo tenían más de 50 cabezas de ganado. Don Arquímides Cristancho producía el frijol más lindo de la zona. Todo aquello se fue haciendo pequeñito hasta desaparecer, con la velocidad con que el camión avanzaba alejándose de sus tierras. Tuvieron que pasar más de diez años para que el Estado finalmente los reubicara. Muchos murieron en la espera, otros hicieron su vida en la ciudad, pero algunos pudieron celebrar el reencuentro. Los miembros de aquella desaparecida asociación de bananeros se fue a vivir al Valle. Allí cambiaron el plátano por el café. Esta pascua celebraron su quinto año de cosecha. Los granos se secan sobre los techos. Fortuna, la yegua de los Moreno, va parir una cría. Ayer la hija de don Evaristo dijo sus primeras palabras.

Los que la violaron no apenas ultrajaron un cuerpo, también fracturaron todo eso se guarda en las entrañas. Después de tres intentos de suicido se convenció que dejarse morir era como darles un motivo más para vencerla. No les daría el gusto. Aunque los episodios depresivos la atormentan con frecuencia ella encuentra pretextos para sonreír. Tiene la casa impecable, los niños están siempre arreglados y los domingos prepara un sancocho que es para chuparse los dedos. Le molesta sentirse siempre sucia cuando se baña, no puede evitar una sensación de asco cuando hace el amor con su marido; pero aún así no deja de arreglarse y ponerse bonita. Saluda al esposo con un pico todas la mañanas y van de manos amarradas por la avenida de los árboles frondosos.

Salieron desde San Ignacio y alcanzaron la cumbre luego de semanas de marcha. Allí los recibieron con ponchos, guantes y gorras. Un país entero veía por televisión los rostros de los olvidados. El presidente firmó un documento que reconocería a las Tierras Comunitarias de Origen y la reforma constitucional las incluiría como una modalidad legítima de tenencia de la tierra. Cada uno de los pasos hasta la sede de gobierno traían consigo la memoria de siglos de usurpación y sometimiento. Como la antigua búsqueda de la Tierra sin Males, igual que los peregrinos de la Loma Santa, los caminantes nos devolvieron sus nombres, recuperaron parte de su hogar y cambiaron para siempre la historia del país. Cuando los cercos y alambradas de los ganaderos los iban convirtiendo en peones, ellos mismos se convencieron que el mítico lugar, descrito por los padres primeros, era el suelo y el bosque que les quedaba. Todavía lo defienden ante nuevas amenazas.

Se encerraron en una casa. Tenían trancadas las puertas y las ventanas. El pánico fue amainando, pero el sentimiento de frustración y vacío crecía. Bastaba que uno se pusiese a sollozar para que el llanto se volviese generalizado. Sin embargo, súbitamente comenzaron a experimentar algo inaudito. El predicador de Galilea no podía estar muerto. Esa cruz no podía significar la cancelación de su vida. ¿Para qué seguir buscando a quien está vivo entre los muertos? Si era cierto que el amor es la llave del Reino de Dios, ese reino había comenzado el momento mismo en que se dejaron encarnar por la ternura del Resucitado. Las bisagras tronaron y la luz entró en la habitación con tal fuerza que la dejó vacía.