
Ahora
bien, todo tiene un porque y las cosas no son “así nomás”.
Nuestro insigne y revolucionario gobierno del Proceso de Cambio, se
ha ganado y por varias razones nuestra desconfianza. La falta de independencia de la justicia y su sometimiento a los intereses
políticos de la clase gobernante no es una cosa que se haya
inventado el MAS. Siempre ha funcionado de la misma manera y eso es
lo que más rabia da, porque nos dijeron que que este país iba a ser
diferente y no nos han cumplido. Lo de los extorsionadores es apenas
la punta del iceberg.
Las mismas ratas de toda la vida siguen ocupando los cargos públicos
y han estado ahí todo el tiempo. Nunca se han ido y han encontrado
en esta coyuntura una oportunidad inmejorable de sacar adelante sus
business.
Es muy sencillo ser servil y responder al sistema. Justamente porque
la vida es corta, algunos prefieren invertila en sacar plata de donde
sea y como sea con tal de no morir como pobres diablos.

¿Y qué tiene que ver esto con el fugado? Todo y Nada. Todo, porque el susodicho fulano se auto-proclama perseguido político para no responder por los delitos que se le acusa. Entonces, dado que hay sobradas pruebas que la justicia está tomada, no es extraño que el gobierno vecino le crea y para colmo sea considerado héroe no por pocos. Y Nada, porque el “escapadito” es la prueba material del triste estado de nuestra vida política. Heredera de su memoria, la oposición no es más que un fantoche de un pasado corrupto y protagonista de un presente absurdo, incapaz y sin argumentos. Entre tanto, los de la orilla del frente se ocupan de rearmar el Estado-Nación a la medida de sus intereses, contándonos mentiras. Es en estos casos en que uno echa de menos a gente como Zárate Willka, a Belzu o a Quiroga Santa Cruz. Es problema es que no está de moda cercar La Paz, empoderar a los diferentes o ser libre-pensante.