Son varios los hechos que han
puesto a don David Choquehuenca en el centro de la polémica. La
prensa y los medios de comunicación, nacionales y extranjeros, se
solazan en ávidas burlas. Una de las autoridades más importantes
del plurifolklorico país de las maravillas aparece sólo para hacer
el ridículo. Nuestro Ministro de Relaciones Exteriores no sólo
tiene la sinvergüenzura de exponerse a la mofa, sino que tiene la
desfachatez de poner a los 10 millones de bolivianos en el absurdo
internacional. Algunas de las “perlitas” del Canciller son dignas
de enmarcar. Propuso incluir la coca en el desayuno escolar, porque
tiene más calcio que la leche. Afirmó, como la cosa más normal del
mundo, que las piedras tienen sexo y edad, por tanto que hay piedras
hembra y macho. Y como olvidar la fantástica idea de leer las
arrugas de los ancianos para adquirir sabiduría.
Ahora, nuestro barroco personaje
vuelve a la escena no sólo para proferir otra de sus “ocurrencias”,
sino que además ha tomado medidas de hecho. El 21 de junio y se dio
a la tarea de descomponer el reloj del parlamento y hacerlo girarlo
al revés. El día siguiente apareció para dar explicaciones y nos
informó que no se trataba de un desperfecto, sino de que ahora el
reloj marcaría “El Tiempo del Sur”. Sostiene que en nuestro
hemisferio el tiempo gira a las izquierda y que con esta medida vamos
a ejercitar nuestra particular forma de descolonizarnos. Pero ¿cuán
verdadero es todo lo que dice el canciller? ¿Qué hay detrás de sus
afirmaciones y qué se esconde en nuestras burlas e improperios?
Comencemos con el reloj. La
Tierra demora 24 horas en dar una vuelta sobre su propio eje. Durante
el día podemos medir el paso del tiempo con nuestra posición
respecto al sol, la sombra nos indica las horas transcurridas. Cada
hora representa 15 grados de los 360 que se completa en cada vuelta.
Si usted se halla al norte y coloca una vara en el suelo la sombra de
la misma apuntará hacia el norte, y su inclinación le permitirá
saber si es de mañana o de tarde. Pasa exactamente lo contrario si
vive en el sur. Por tanto, la curva que ofrece la sombra en el norte
se mueve igual que las manecillas del reloj, mientras que en el sur
lo hace en sentido opuesto. Los relojes de manecillas imitan a los
antiguos relojes solares. Entonces, el que los relojes giren a un
lado o al otro es una mera convención. No hay ninguna ley que diga
que los relojes deban girar a la derecha.
Puede parecerle aberrante la
propuesta de incluir la coca en el desayuno escolar, pero lo cierto
es que la hoja milenaria tiene más calcio que la leche. Recordemos
que en el continente no habían vacas ni ovejas, llegaron después de
la invasión europea. La falta de leche no les impidió a nuestros
ancestros levantar algunas de las más importantes civilizaciones
antiguas. Asimismo el tema del género de las piedras le puede
resultar una estupidez, no obstante es una cuestión de perspectiva
cultural. En el mundo indígena todo posee las mismas características
que lo humano. Tienen un nombre, ocupan un lugar, poseen un género y
cumplen una función. Por último, la escritura tiene 7000 años,
antes de ella todo el conocimiento se aprendía de los abuelos de
manera oral y fue así durante 200 mil años. El que no lo sepa es
ignorancia suya, no del canciller. Si no lo comprende le recomiendo
que en primer lugar descubra qué hace en este país. Paso dos,
averigüe a quien se pertenece. Tres, deje de burlase de lo que no
entiende.