Evo
Morales pisó nuevamente territorio europeo y su paso por el “viejo
continente” nunca ha pasado desapercibido. Todos recordamos aquella
primera gira antes de su posesión como presidente de la República.
Su famosa chompa a rayas se volvió un ícono nacional. Replicas e
imitaciones del atuendo se vendían como pan caliente en los mercados
populares. Mientras que el periodismo amarillista de todas las
latitudes se burlaba del “indio” y su falta de etiqueta y
glamour. Inclusive compusieron una canción mofándose del aborigen
con toda la artillería racista posible. Algunos años después el
presidente de Bolivia retornaba de una gira por Rusia y la
inteligencia norteamericana presumía que el líder sudamericano se
llevada de contrabando a Edward Snowden, informante de la CIA. Varios
países de Europa (Francia, Portugal, Italia y España) presionados
por EEUU le negaron la posibilidad de aterrizar en sus aeropuertos e
incluso traspasar sus espacios aéreos. El hecho fue considerado un
atentado a la vida del primer mandatario y un agravio injustificable
para la UNASUR.
Esta
nueva visita tiene nuevos matices y no son pocos los hechos que nos
demuestran que Bolivia a dejado de ser un lugar ignorado en el globo
terráqueo. Tras el encuentro con la Canciller Angela Merkel un
periodista se aventuró a la siguiente pregunta: ¿Qué podemos
aprender nosotros de Bolivia? La líder alemana respondió lo
siguiente: “Lo que sí podemos aprender es que a través de un
trabajo continuo y una actuación paso por paso se pueden lograr
éxitos sustanciales. Evo Morales ha tenido una agenda muy clara
cuando asumió su primer mandato y me impresiona cómo se puede
implementar paso por paso, es cierto que somos países en distintos
niveles”. Poco después en la Universidad Técnica de Berlín el
presidente era recibido en un auditorio repleto como un verdadero
“pop star”. Miles de jóvenes aplaudían fervorosamente el
recuento de los éxitos de casi de 10 años de gestión. El momento
más tenso tuvo que ver con las susceptibilidades que genera la
posibilidad de una nueva reelección. Evo recordó a la audiencia que
Helmut Kohl gobernó por 16 años y la Canciller Merkel va por su
tercera legislatura; afirmando cuan importante es la estabilidad
política para garantizar el bienestar de un país.
A
su paso por Italia, Morales recibió de la Universidad La Sapienza el
título “Honoris Causa” y distinguido por el Rector como un
representante de la modernidad: “Evo
Morales representa una absoluta novedad en el panorama internacional,
ha cambiado los esquemas de la comunicación. En un continente cada
vez más en evolución, rico en recursos, representa el rostro de la
modernidad”. A pesar de toda esta desmesurada atención a un
hombre, a un rostro y a un nombre; Evo Morales insiste en subrayar
que... “es
el pueblo que defiende este proceso, no es Evo Morales. Este proceso,
esta revolución no es de Evo sino es del pueblo.” Y esa es toda la
verdad y ninguna otra más. Fieles a nuestra tradición histórica,
nuestros líderes son sólo delegados del pueblo, pero nunca serán
el Pueblo. Nos enorgullece todo cuanto él puede celebrar a nombre
nuestro, pues el éxito de su gestión no es únicamente una suma de
asesores capaces y buenas decisiones. Este país es el resultado de
su empecinado deseo por la autodeterminación y por ello Evo ha sido
una de nuestras mejores decisiones. El Referendum del próximo año
nos pondrá a prueba una vez más, y no se trata de demostrar cariño
o hastío; sino de si aún vale la pena o no.